Historia de Jocotenango en Santiago de Guatemala - Ernesto Sitamul



Libro: Historia de Jocotenango en Santiago de Guatemala, 2a. Edición
Autor:  - Ernesto Sitamul 
Editorial: Año: Guatemala 2022  




La aventura de escudriñar en los anales históricos para desentrañar los vericuetos que durante varios siglos han estado ocultos a los ojos del público en general, especialmente de aquél que es coterráneo, es a todas luces una empresa encomiable, sobre todo, cuando prevalece el denodado interés por conocer a fondo el terruño, ése donde uno ha dejado el ombligo y que, en consecuencia, entraña lo más sagrado de los vínculos ancestrales que nos atan ineluctablemente en la existencia de la herencia cultural e identitaria.

Ernesto Sitamul lo ha logrado.

Pacientemente, con la parsimonia del que abre los libros antiguos para abreviar en ellos los caminos hacia el pasado, nuestro autor ha podido observar con sus escrutadores ojos, un horizonte ahora claro, que los jocotecos in illo tempore viejos hacedores del Jocotenango Antiguo, articularon para legar a sus generaciones venideras, un cordón umbilical conectado a sus viejas costumbres y a sus viejos parajes de cafetales hoy urbanizados y convertidos en colonias que han ido borrando la vieja estampa del Jocotenango de ayer. Un Jocotenango que nació paralelo al abolengo de la gran ciudad de Santiago de Guatemala, desde los primeros años de la nueva historia de los territorios centrales de Coactemalan, cuando eran objeto de invasión por huestes extranjeras de cuño hispano europeo. Desde entonces, siendo tierras en posesión del afamado conquistador, los antiguos ejidos, milpas o labranzas, se inició un tejido social específico constituido en su mayoría por esclavos indígenas al servicio de la construcción arquitectónica de una ciudad que llegó a ser de las más hermosas del continente americano. Con sus tributos, además, se logró a instancias precisas de su primer gran dirigente espiritual en el cristianismo, el obispo Francisco Marroquín, la construcción de lo que con el tiempo, también se convirtiera en la universidad mejor cotizada intelectualmente en los mismos territorios centroamericanos. Es decir que la gloria de Jocotenango reside en haber proveído la mejor mano de obra para la arquitecturación de la gran Santiago de Guatemala y en haber contribuido con su propio pecunio a la consolidación infraestructural de la Universidad de San Carlos y con ello a la conformación del intelecto científico y profesional de los habitantes del reino de Goathemala.

No conforme con establecer en definitiva esos parámetros históricos coloniales jocotecos, para conocimiento de sus coterráneos, nuestro escribano surge de aquellos libros viejos y desgastados, olvidados en anaqueles desaparecidos, y profundiza en la preocupación por establecer sus índices fundacionales, ya no solo los de la colonia, sino también los de la nueva república, en el siglo XIX, cuando empiezan a aparecer los municipios al tenor de la primera Constitución de la República y de las primeras leyes del nuevo Estado. Sólo así logra descubrir la fecha de fundación del municipio de Jocotenango.


Y como si esto fuera poco, recorre entonces su historia republicana, hasta consignar en orden cronológico, todos aquellos acontecimientos y hechos, todas aquellas personas y personalidades que los protagonizaron, todas aquellas tradiciones y costumbres entre las que se cuentan comidas, artesanías, loas, danzas y bailes tradicionales, así como los avatares del traslado a la Nueva Guatemala de la Asunción (cuando según se cuenta, la misma imagen patrona vertió lágrimas en rechazo del abandono de su asentamiento original), todos aquellos lugares paradisíacos, señalando todos aquellos escombros que fueron construcciones y toda esa naturaleza arbórea que aún hoy serpentea por todos lados en el terruño, así como detalla la construcción de ambos templos parroquiales, su atrio y su gran plaza municipal.

El lector tiene ahora en sus manos entonces, el sabroso fruto producido por esta aventura intelectual. Su virtud es hacernos conscientes de un Jocotenango histórico de valor incalculable. De un Jocotenango que, desde ya, con esta escrituración amorosamente trabajada por Ernesto Sitamul, abandona la nebulosidad de los tiempos antiguos para presentársenos en la diafanidad de una consolidación historiográfica que lo ubica en su sitial de honor en la Historia de Guatemala.